(Aquí semana a semana os iré contando nuestro último viaje a Japón, todo esto proviene de mi antiguo blog «Sakura Desu», pero que ahora sufre una «remasterización» adecuada al nuevo soporte, con algunas cosillas nuevas para que los que ya habíais leído no os aburrais!!!)
Mayo 2007 – Día 1.
Después de 11 horas de alas de acero, pasar Siberia durante el amanecer eterno, remendar mis huecos de miedos y somníferos, despertamos sobre las 7 de la mañana y aún quedaba un ratito, en el mapa de la pantalla del asiento ponía que ya habíamos cruzado medio planeta, y la isla de Honsu estaba cada vez más cerca….tanto que el interés y los nervios eran cada vez mayores…
En un par de horas atemporales aparecía la isla ahí abajo… pequeña, en una esquina del océano, y rodeada por barcos de pesca…el sol a este lado dice que ya es mediodía…
Corazón acelerado y una mezcla de varias sensaciones con difícil descripción, las azafatas prosiguen con lo de que tenemos que pasar por inmigración nada más llegar a Narita…
Silencio y pupilas dilatadas….
Aterrizamos, hay tierra ahí abajo! y desde este momento, descontaremosmás de un mes, siendo muy subjetivo todo el tiempo que pasaremos aquí.
Bajarse en Narita y absoluto silencio, si me dicen que el aeropuerto más grande de Tokyo está envuelto por este silencio no me lo creo, tardamos un ratito en ver algún japonés, mientras avanzábamos con las maletas.
En inmigración nos preguntan unas cuantas cosas en un inglés que suena realmente raro, nos ponen una pegatina en el pasaporte y continuamos, sabemos que tenemos que buscar un cartel verde que ponga JR donde deberíamos cambiar nuestros tickets de JRailpass por lo que luego van a ser los pases reales que nos permitirán movernos por Japón durante los primeros 15 días…
Sin problema!
Primer contacto con una chica japonesa que nos ayuda con los pases, reservamos billete para la Central station de Tokyo, cogemos unos cuantos panfletos y mapa de las lineas JR.
Todo es perfecto y funciona extremadamente bien, hay miles de detallines que hacen que todo tenga una atmósfera especial…
Los railpass son preciosos, azules, brillantes…esto si que es un billete de viaje que alienta espíritus…
Nos cogemos el Narita Express rumbo centro de Tokyo, y aquí comienza realmente el viaje, sobre nuestros hombros el cansancio del vuelo pesa como una enorme roca suspendida en un alfiler, nos esforzamos por no dormirnos, pero eso del jet lag (ya me lo creo) puede con toda voluntad. Hacemos un trato, «tú miras por la ventana por si nos pasamos de estación mientras yo duermo, y al revés», jeje, ese era el acuerdo, pero en varias ocasiones Morpheo tiraba mucho más del hilo que nosotros.
Cuestiones de suerte hicieron que despertásemos al entrar por la Bahía artificial, un último esfuerzo, «esto es enorme»…
Tokyo es realmente enorme, y decir enorme es poco aún.
Tokio (東京都, literalmente ‘capital del este’ . Son más de 2000 km2 de área de la ciudad y 13 millones de habitantes solamente en lo que es la ciudad, ya que su área metropolitana posee 34,5 millones de habitantes.
Entre todo eso, sabemos que nos bajamos en el centro y que tenemos que buscar la manera de llegar a nuestro barrio; Ueno, que está algo más al norte…cargando con el baúl que compramos en Madrid a Última hora (que buena idea!) y las mochilas, vamos sorteando japoneses que parece que llevan alas en los pies… nos metemos como podemos en otro tren urbano, y en un momento dicen eso de «uen-ho»…nos toca bajar.
Salimos como podemos, y nos asalta un grupo de escolares japoneses, suena a tópico, pero es la hora de las visitas y recorridos, encontramos un trozo del parque de Ueno en el que nos fumamos un cigarro tranquilamente, mientras un gatito (neko) japonés hace acto de presencia y nos da la bienvenida (no podía ser menos) . El bicho nos mira con indiferencia, me doy cuenta de que el «miss-miss» habitual y los siseos con los que aquí normalmente tratamos de llamar su atención no le dicen nada en absoluto al gato nipón….se me ocurre probar con un «nekoooooooooo», mientras dos japoneses muy pálidos nos observan como quien acaba de ver a una cucaracha en su pulcra cocina… pues bien, el gato levantó las orejas y nos miró firmemente, consideremos que esto ha sido toda una bienvenida.
Delante de nosotros había una pasarela con al menos 4 o 5 salidas en direcciones opuestas, seguimos por donde el gatito también había señalado….y de pronto, ya no hay bosque y si hormigón y una autopista que pasa por debajo…
El baúl pesa lo suyo…elegimos una de las salidas de escaleras mecánicas… estamos ya en el barrio. Buscamos el hotel, que se llama New Izu.…en realidad sabemos que hay un Lawson debajo, que es lo que más nos debería orientar…
Ahí está! qué fácil! y eso que ni nombres de calles ni números ni nada, aquí se usan los «chomes», las coordenadas gps y los bigotes de gato, fijarse en edificios, en colores o en lineas de metro….
Hemos llegado:
Este es lo que se conoce como «un hotel de negocios» japonés, Ueno es un barrio tranquilo, pero lo más importante muy bien comunicado para usar el JR pass y para salir o entrar de Tokyo .
Bueno, pues al llegar al New Izu, ahí estaba nuestra reserva, habían comprendido perfectamente todos nuestros emails, también lo de que les íbamos a dejar el baul, hasta que volviésemos en junio a Tokyo…y no sólo eso, si no que el recepcionista nos contó que estaba estudiando español y aprovechaba siempre que nos veía para intercambiar algunas palabras con nosotros, muy majos!!!
Muy amables! subimos a nuestra habitación, descubrimos nuestro primer aseo «bunker japonés», manufacturado en una sola pieza, como los de los barcos…la habitación es pequeña pero tiene de todo…
Estas son las vistas desde nuestra habitación:
Sé que parece extraño el paraje, pero era de lo más silencioso, dos o más veces, repetimos eso de «estamos en Tokyo?», sólo fuimos sacados del ensimismamiento por los «Karasu»; los cuervos japoneses…esas enormes criaturas que habitan en casi cualquier parte y lugar…
Los bichos miden aproximadamente unos 40 cm, y son oscuros como las sombras…
Después de una ducha en el bunker y ante nuestra incapacidad para dormir (jet lag), decidimos que como era el primer día en Tokyo y el silencio de Ueno no nos provocaba sueño, nos íbamos a bajar a Akihabara, ¡total!, vimos al venir que estaba sólo a 2 estaciones…
Así es que sin miedo a la megalópolis nos fuimos hacia el subterráneo con el Rail Pass y una amplia sonrisa….
Exactamente dos paradas de Yamanote Line después llegamos a Akihabara:
Y aquí la avenida Electrica; Chūōdōri, el paso bajo el puente, por el que cientos de ellos avanzan con mucha prisa, colores, luces, sonidos…yokoso!!!
Cruzamos al otro lado, Ka volaba entre los peatones, era este su pequeño paraíso en la tierra?, jejeje, entre carteles de Asus, foneras….deambulamos por el laberinto de callejones repletos de «cosas eléctricas»…buscábamos una batería de reserva para mi Canon y una tarjeta CF, encontramos una de 4gb por unos 35€ (un chollo!!) (Leído esto en el 2010 pues oiga no parece tan chollo, claro!!!)
Contentos con nuestras compras y la visita, buscamos un callejón donde poder fumar un cigarro (lo de fumar en Tokyo es especial, no se puede fumar por la calle hasta las 19:00h, es mejor llevarse un cenicero portátil , y así te muestras un poco más respetuoso con los que si lo son contigo…les molesta que fumes mientras caminas, porque se supone que el humo va hacía detrás, y te dicen cosas, de las cuales entiendes más o menos que no están muy conformes, así nos buscamos callejones donde romper la venerable ley japonesa (junto a otros salary man) por unos minutos y de paso descansar de tanto estímulo visual-auditivo…
De vuelta a la estación, nos encontramos con el edificio de Takarada, pero se hacía de noche y mañana comenzábamos viaje hacia el interior, nuestros cuerpos cansados se quejaban ya del viajecito de 18mil km….
En esos momentos de luz ténue, brillaban más aún las luces artificiales y los colores… estábamos tan lejos de casa!! ;Mis oídos comenzaban a descifrar alguna palabra suelta en japonés….pero la sensación era la de estar en otro planeta, no en otro país, no…en otro planeta.
De vuelta a la estación nos encontramos con unos señores haciendo una ceremonia con sake o algo así, por no decir que estaban bebiendo en la calle, con una especie de templo y todo….
El resto simplemente seguía avanzando con igual velocidad…
Los que sonríen son los del sake, claro…
Y para que pusiésemos otra de las imágenes esperadas en mente, entrando en la estación ahí estaba la «Maid» que repartía publicidad…
Bueno, teníamos hambre pero también estábamos muy cansados, así que cenamos en la estación de Ueno, pensando que sería lo más fácil y cómodo para el primer día, salvo porque nos metimos en un lugar de comida tradicional japonesa en el que ni dios hablaba inglés y por supuesto no teníamos ni la más remota idea de qué y como se comían aquellas cosas…Al final, pedimos un menú de Hiyashi Chûka (Ramen frío de verano) y observamos al resto de los clientes cómo procedían, que a su vez nos observaban a nosotros y se reían muchísimo….
Arrastrando un sueño muy pesado de roca suspendida nos metimos en nuestra habitación, preparamos las mochilas con lo poco que nos llevaríamos y lo mucho que íbamos a dejar aquí. (Y esto también es una metáfora)
Eso fue todo en el día 1: Buenas noches o «oyasumi nasai おやすみ なさい»
Tokyo. Mayo 2007.
…y lo que me sugiere todo esto 3 años después…
De entrada creo que estábamos muy tranquilos, nada más llegar nos sentimos seguros, curiosos, teníamos ganas de ver y de hacer…La sensación era grandiosa, como de haber viajado por un Stargate (Puerta Estelar) LOL y haber aparecido aquí, fue brutal irnos a Akihabara con el Jet Lag, yo creo que me brillaba todo aún más, las primeras palabras ne japonés, la vergüenza que me daba hablar (eso aún me pasa hoy un poco), los olores, el sabor de la comida, del té Matchá, los escalofríos y irse a la cama cansadísimos pero con la sensación de ser muy afortunados por poder estar allí, viviendo todo aquello.
Supongo que no se repetirá la sensación, o quizás sea mucho más intensa, nuestras vidas han cambiado mucho desde entonces, y nosotros también hemos cambiado. Si hubiera sido hoy habríamos sabido comer aquellos platos, y quizás podría haber hablado y entendido más y mejor, pero todo esto no habría cambiado en absoluto esa maravillosa sensación de tener todo un mundo nuevo ante tus ojos!!!
En el día 2 comienza nuestro viaje al interior, nos vamos a Nikko a la casa con torre en mitad de un bosque de un Sr. muy amable que encontramos por internet y…..
ミ●﹏☉ミ
じゃまたね!!!
Ja, mata ne!!!
(Hasta pronto!)
4 Comments
[…] Viajar a Japón, la llegada a Tokyo impresiona! http://www.nekotabi.es/viaje-a-japon-dia-1-llegar-a-tokyo/1200 por Sara_Rodriguez hace 2 segundos […]
Qué ganas me has dado de volver a tierras niponas !!
Yo también recuerdo el primer día que llegué (2010)…
Empezamos a visualizar el archipiélago japonés, y desde mi ventanilla podía obersvar el Fuji-san. ¡Qué espléndido! Y miras más abajo, y se ven miles de campos de arróz y casitas con esos tejados azules y marrones.
También recuerdo que después de recoger la maleta en el aeropuerto, supongo que porqué iba solo y tan solo tenía 19 años (jeje), me llamaron y me registraron absolutamente todo. Y yo impacientándome porqué mi novia me estaba esperando fuera…QUÉ NERVIOS 😀
Al ir en el narita express, me fijaba en los carteles de fuera…qué curiosos parcían, con todos esos kanji que parcían salidos de algún anime.
Y después entramos en el metro y madre mía…qué lujo! Asientos de piel, con estufa debajo…y enfrente mio una chica japonesa durmiendo como si estuviera rezando a kami-sama =)
Y es verdad…el jet lag te hacía creer que estabas en otro mundo :)))
Preciosa foto la de los gatos dormitando, molaría encontrar aquí un parque así. Que paz tienen.
Si que tienen paz, si!
La verdad es que los dejaban bastante a su aire, curioso en una ciudad tan grande, no?