Viaje a Sicilia: Taormina-Acireale-Aci Trezza-Catania

Nos despertamos en la Rosa del Mare tempranito, es fácil gracias a los pajarines que transmiten su alegría mañanera. Es curiosa la intensidad del sol a las 7 de la mañana en Sicilia, he llegado a la conclusión de que aproximadamente hay una diferencia de 2 horas de sol con respecto a España, amanece 2 horas antes y también se hace noche con la misma frecuencia.

El jardín y el mar lucían esta mañana brillantes, plenos de colores. Asomarse a la terraza era como ponerse al otro lado de esa mítica ventana sin delante ni detrás definido.

En la cocina ajetreo, sugerencias para hoy con olor a Capuccino, croissant, bizcocho y delicioso chocolate con espuma. La brisa que sube del mar a través de la colina llega suave y ayuda a despertar y lanzar un par de sonrisas.

Por supuesto, los invitados del banquete de anoche se han levantado mucho antes que nosotros esta mañana, y con excelente y delicada educación dan los buenos días bajo las sillas.

Echaré de menos estos desayunos, de tomar con cuchara la espuma de la taza.

Bajando la colina, un trayecto un poco más largo para hoy, pasamos por Mesina, desde donde vemos perfectamente Calabria al otro lado del mar, hace años cuando pasamos en barco por el estrecho no me parecía tan tan cercano!

Continuamos hasta siguiente destino; Taormina.

Taormina se extiende por el monte Tauro, a 200 m de altitud, y se halla en un balcón sobre el mar, enfrente del volcán Etna.

Cuna de los descansos de algunos de los escritores más importantes del siglo XX como Truman Capote, Tenessee Williams, Thomas Mann o Cocteau entre otros, y de artistas como Greta Garbo, Cary Grant, Dalí, Orson Welles o rita Hayworth, Taormina ha dejado de ser un lugar de reflexión para formar parte de uno de los ejes de mayor exaltación turística de Sicilia.

Paseando por las calles de Taormina, repletas de recuerdos típicos sicilianos y tiendas con todo tipo de objetos para los cientos de turistas europeos y Americanos que llegan en los cruceros que atestan la bahia de Naxo, encontraremos reminiscencias de la ocupación de la corona de Aragón, como los detalles del palacio Corvaja o el Ciampoli de estilo gótico catalán, o calles floridas de corte medieval, sin obviar la catedral de Taormina, Il Duomo de San Nicolo, la villa comunale con sus jardines, o el palacio de los Duques de San Stefano, uno de los mejores ejemplos de arquitectura normanda de la isla.

Pero sin duda, lo más destacable es el Teatro griego cuya importancia se evidencia en el posterior uso que continuaron los romanos. Cada año se realizan en Taormina numerosos eventos, sobre todo durante el verano. El Teatro Antico es escenario de conciertos (música clásica y ligera), obras teatrales, óperas líricas y otros espectáculos que, con frecuencia, se emiten en medios radiotelevisivos. Este verano, la semana siguiente a nuestra visita tocaban nada menos que Lou Reed, Zuccero, Andrea Bocelli…entre otros.

Es impresionante el escenario natural ya construido con el Etna como fondo, imagino lo impresionante que serían las representaciones cuando el Etna estuviese más activo.

Las vistas sobre la bahia de Naxos son realmente cautivadoras.

Lo más atractivo de la visita al parque arqueológico, es disfrutar del recorrido entre numerosos naranjos que crecen por doquier, entre los restos de edificios que ocultan al paso del caminante, restos de cerámicas que salen a la luz cuando se da una patada al suelo.

Y el Etna, imponente y activo, humeante.

Tiene alrededor de 3.322 metros de altura, aunque ésta varía debido a las constantes erupciones. La montaña es hoy en día 21,6 metros menor que en 1865. Es el volcán activo con mayor altura de la placa Euroasiática, el segundo en referencia a la Europa política después del Teide y la montaña más alta de Italia al sur de los Alpes.

Su nombre derivaba de la ninfa Etna, hija del gigante Briareo y de Cimopolia, o de Urano y Gea, que se convirtió en la deidad de este famoso volcán. Por ello, fue la juez que resolvió la disputa sobre la posesión de Sicilia entre Deméter y Hefestos.

Uniéndose con éste último fue madre de los pálicos, los dos dioses de sendos géiseres famosos en la isla.

Haciendo abstracción de la mitología, el nombre deriva de la palabra cananea (o del fenicio) attanu (arder) y luego de la griega aithos (con el mismo significado de arder). Durante la ocupación árabe de Sicilia en la Edad Media, el Etna fue llamado Ŷébel Uhamat (Montaña de Fuego), pasando a ser llamado durante siglos por gran parte de los italianos con la palabra mixta (románica-arábiga): Mongibello.

El Etna es uno de los volcanes más activos del mundo, y está casi en constante erupción. Aunque en ocasiones puede ser muy destructivo, no está contemplado como un volcán particularmente peligroso y miles de personas viven en sus alrededores e incluso en sus faldas. La fertilidad de la tierra volcánica hace que la agricultura extensiva, con viñas y huertos, se extiende a lo largo de las laderas de la montaña.

De vuelta al coche, donde las tiendas de souvenirs estaban menos masificadas, otros habitantes descansaban sobre la cerámica.

Con saludo de bigotes dejamos Taormina, el calor y los miles de turistas hacen que la visita sea rápida. Decicimos seguir explorando un poco más rumbo a Catania. Parada en Acireale.

Acireale es una ciudad renombrada por su tipología barroca situada sobre la costa oriental de Sicilia, 15 km. al norte de Catania. Cuenta con algo más de 50.000 habitantes y por la cantidad de iglesias presentes en su territorio se la conoce como la ciudad «de las 100 campanas» o la «Vaticano del sur». Se encuentra junto al mar, pero a una altura sobre el nivel del mar de unos 350 m.

Hoy en día, Acireale es un importante centro agrícola y comercial, con fuerte vocación turística y termal, gracias a la presencia de algunas fuentes de aguas sulfúricas, cloruro-sódicas, iódicas y radiactivas.

El carnaval de Acireale es reconocido a nivel nacional como uno de los mejores y más animados de Italia.

El pueblo es bonito y muy tranquilo. No hay ni un sólo turista, no es que me moleste, más bien me sorprende. Encontramos rápidamente la plaza del mercado del pueblo, que estaban recogiendo. Cada día, los pescadores del pueblo venden sus capturas. Es temporada de pez Espada y de bonito ahora.

Como es natural, en los mercados sicilianos, las verduras fresquísimas se organizan en la plaza. En este momento, ya cerrando y dejando limpia la zona.

Comimos en La Taverna, una tratoria en la misma plaza del mercado, donde se nos recomendó probar los mejillones de la zona! Deliciosos!!!!

Alrededor de la Piazza del Duomo se dibujan todos  los edificios destacables de Acireale. Además de la catedral, la basílica de San Pietro y San Paolo y el palacio comunale que rodean la plaza.

Con la recomendación de parar en Aci Trezza en busca de un baño, nos sorprende la Riviera dei Ciclopi. Que se extiende entre Aci Castello y Acireale, nombre muy sugerente al que están atados algunos de los mitos homéricos más famosos como el que atribuye el nacimiento de los 8 espectaculares Riscos de los Cíclopes a Polifemo que, ciego, despegó estas rocas del Etna y las arrojó contra Ulises.

Aci Trezza también es famosa por la obra de Giovanni Verga, los Malavoglia, llevada al cine por Visconti en la Terra Trema.

Las rocas volcánicas no permiten la existencia de playas, con lo que se ha planteado una original solución, construyendo plataformas sobre el mar. Hay de varios tipos, las que sirven para soportar las trattorias del pueblo y las que sencillamente se dedican al baño. Elegimos una de estas últimas, absolutamente vacía y con sombrilla para pasar la tarde.

El agua está limpísima, entre las rocas habitan cientos de peces de diferentes tamaños y colores. Un rinconcito alejado del bullicio. Algo habitual en muchos de los pueblos costeros al norte de Catania, donde las playas de arena brillan por su ausencia.

Momentos para dejar que la tarde vaya pasando, sin mucho más.

Y después, rumbo Catania. El hotel de hoy está en Via Etnea, San Max Hotel. Curioso al estar rodeado de edificios por todas partes, pero que guarda un hermoso jardín en el interior, al que acuden muchos de los gatos del barrio a pasar la tarde a la sombra.

Un pequeño descanso y visita a la Catania nocturna.

Catania es la segunda ciudad más grande de Sicilia. Ha sido destruida siete veces por erupciones volcánicas y terremotos. Entre las últimas más catastróficas se recuerdan las de los años 1169 y de 1693. Es sede de la primera universidad de Sicilia.

El símbolo de la ciudad es u Liotru, o la Fontana dell’Elefante que fue construida en 1736 por Giovan Battista Vaccarini. Es un manufactura de piedra de lava que retrata a un elefante coronado por un obelisco. La leyenda dice que el elefante original de Vaccarini era asexuado, lo que los hombres de Catania tomaron como un insulto a su virilidad. Para apaciguarlos, Vaccarini añadió testículos apropiadamente enormes a la estatua original.

Catania es una de las ciudades de Sicilia con más ambiente nocturno y con más fiesta. Esto se debe a dos motivos, primero a que es una de las ciudades más importantes de la isla y segundo a que es uno de los destinos más importantes de Erasmus.

En Catania lo de los mercados al aire libre es una auténtica maravilla. Además de la Fiera, que es el mercado diario en el que podemos comprar todo tipo de artículos y sobre todo unas excelentes frutas y verduras, también se encuentra la Pescheria. Se trata de un mercado de pescado que se instala a diario de cinco de la mañana hasta el mediodía aproximadamente que está ubicado junto a la piazza del Duomo, en pleno centro de la ciudad. Aquí no sólo puedes comprar el pescado para llevártelo, también puedes comprar para comer allí mismo algunos productos como los erizos o los caracoles de mar.

A estas horas se recogía el último pescado, algunos vendedores también lo preparaban para una cena ligera. Cenamos en uno de los locales de alrededor.

Otro paseo y finalmente un recorrido por el centro, perdiéndonos después entre las callejuelas. Conducir en Catania es realmente una experiencia. Subir y bajar, adivinar si podrás pasar con el coche por la siguiente calle.

En el jardín del hotel, palabras y sueño. Necesidad de descansar y dulces sueños de Catania.